El hombre no vive más en un ya adquirido "estado de inocencia".Vive cardíaco o reumático en los acuartelamientos , en las cajas de fósforos de los rascacielos. Tampoco se muere, en quel sentido piadoso que lo conducía ya confesado con una vela en la mano, hacia la balanza del Bien y del Mal. Nace en fulgurantes salas de parto, vive en sublevación, ama en novela. Y desaparece anónimo en el sanatorio o en el hospital. La casa, en el sentido tutelar y defensico, es una tradición pasada. La mujer anda desnuda, con tres colores de cabello por año. Emancipada como el hombre, celibataria o divorcista. La comunicación por la radio, por el cine y por avión hizo de la humanidad una tribu tecnizada. Y del individuo, el parásito y el especulador novelesco. Nos habiatuamos a la fatalidad y al peligro, como en la selva. El luto desapareció. Aceptamos con la frente alta la eutanasia y la cremación.
Si alguna cosa ya exaltó el hombre fue la palabra libertad.
Vivimos en un mundo donde lo pintoresco y lo especial está siendo desterrado para dar lugar a las emociones en serie, a los encuadres y a los standards. Aquella "prisa indecente" arrebata a la civilización realista de hoy. A medida que el raciocinio del hombre se perfecciona, disminuyen sus pretenciones de probar algo verdadero.
Hay quienes escribieron ideas verdaderas.
Hay muchos que las ignoraron.
Hay pocos que las vuelven a difundir.
Que sean todos los que las lean.
.:nan:.
Oswald de Andrade.
Nietzsche.
1 comentario:
Muy lindas tus obras.
Un abrazo
Gonzalo
[Un compañero del IUNA de sonoras.(Buchardo)]
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